"Por
más cuidado que puso, se le cayeron los niños al agua y, al quererlos coger
para que no se ahogaran, le salieron los dos brazos y con ellos pudo salvar a
sus hijos".
En el momento en que el reloj estropeado acertó con las doce campanadasmil calabazas se convirtieron en carrozay el cuento comenzó de nuevo.
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